martes, 11 de marzo de 2008

Entrada Triunfal en Sevilla



Sostienen fuertes tus manos las riendas
Te cubre la sombra de un árbol santo
Grita el pueblo en el eco de su canto
Mientras al Padre tú los encomiendas.

En los ojos de quien no tiene vendas
Florece una luz salvadora y llanto
Persiguiendo en el aire hasta el acanto
De sus hojas bordadas en tus prendas.

Tres potencias te hacen Rey de la gloria
Entre claveles rosados de un monte
Estaba ya escrita por ti la historia.

Más allá de donde el fuego remonte
Y se encienda la brisa en la memoria
Donarás a Sevilla tu horizonte.

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