martes, 11 de septiembre de 2007

¡MACARENA!


Unos dicen que se nota
tu llanto de amarga pena,
pero yo veo en tu boca
que a Sevilla tiene loca
tu alegría, Macarena.

Quizás llores de amargura
al ver llegar la sentencia
bajo una condena injusta
buscas consuelo en la luna
de Sevilla, Macarena.

El arco de la muralla
sentirá en su fría piedra
el calor que se derrama
de tu paso verde y grana,
Esperanza y Macarena.

Y cuenta una bella historia
que el macareno recuerda
y revive en su memoria
que un reloj tuvo la gloria
de cambiarte, Macarena.

¿Es capaz la vida humana
de crear tanta belleza?
¿Fueron ellos, soberana,
los que ante Dios te tallaran
los ángeles, Macarena?

Nunca sabran quién te hizo,
quién tuviera la certeza
de plasmar lo más divino
gubiando un rostro bentito
de dulzura, Macarena.

Me da igual, Virgen hermosa,
que te coronen de estrellas
que tu pena dolorosa
tendrá carita de rosa
para siempre, Macarena.


Eres risa y eres llanto
y eres triunfo y tristeza
a la vez silencio y canto
y alegría en tu quebranto,
Madre mía, Macarena.

Porque tienes tanta gracia
en tus mejillas morenas
que quiero mirarte la cara
y otra vez decirte GUAPA
Y SOÑARTE ¡¡¡¡MACARENA!!!!

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