martes, 11 de marzo de 2008

Sevilla Eterna



Reza Sevilla dormida
Una oración nazarena
El raso y el terciopelo
Callan palabras de arena,
La cera se cuaja en hilos
El cirio llora tu pena
Y reza toda Sevilla
La Sevilla nazarena.

Reza ahora en los balcones
Una oración saetera
El silencio y el quejido
Cantan un bello poema,
Se callan todas las fuentes
Y todas las aves vuelan
Y reza toda Sevilla
La Sevilla saetera.

Sigue rezando en sus calles
Y en las plazas más secretas
y un tejido de adoquines
reza hasta con las aceras,
reza el viejo y el adulto
y el niño con su inocencia
los claveles y los lirios
la caoba y la madera
la plata y las bambalinas
que Sevilla reza entera
al Dios de los Sevillanos
Sevilla, Sevilla ETERNA

Quisiera ser, Soledad




Quisiera ser, Madre Santa
Y auxilio de los cristianos
Cual rosa roja encendida
En las jarras de tu paso.
Y adorarte con mis hojas
Y mi perfume callado
Llenando el aire de gracia
Y tu amor coloreando.

Quisiera ser, Madre Santa
Y luna de nuestro amparo,
El grito de tus campanas
Y pregonar en lo alto
La grandeza de tu historia
Y el amor de tus hermanos
Yendo mi voz hasta el cielo
Y a los celestiales prados.

Quisiera ser, Madre Santa
Consuelo de nuestro llanto,
Para llevarte en mi cuello
Costalero de tu paso
Y mostrarle a Castilleja
Cuántas noches desvelado
Soñé verte una vez más
Sosegando mi pecado.

Quisiera ser, Madre Santa,
Querubín encarcelado
En tu grandiosa corona
De mil gracias rodeado
Y dormirme en las estrellas
Las que iluminan sus rayos
Y coronarte perpetua
Como madre del más Santo.

Y quisiera ser yo, Madre,
El oro de tus bordados
Y relucir en lo oscuro
A los demás alumbrando
Y quisiera ser la plata,
Respiradero calado,
Candelero, guardabrisa,
Manigueta y candelabro,
Peana para portarte
En tu paso el Viernes Santo
Y varal para escoltarte
Y sostener tu gran palio
Y el techo de tu parroquia
Y la piedra de los arcos
Y adoquín en las aceras
De la plaza de Santiago
Y la espada del apóstol
las crines de su caballo
Y el rojo de tus insignias
y el refugio de tus manos
y el calor de tu mirada
y el silencio de tus labios
y la sombra de tu efigie
y el abrigo de tu manto.

Por eso yo, Soledad,
Cuando llegue mi calvario
Y mi rostro se envejezca
Por mil arrugas surcado
Te pediré en mi locura
Y en mi amor de soleano
Que en la hora de mi muerte
Me lleves allí a tu lado

Y en el cielo sacaría
Con tus perpetuos hermanos
La procesión más gloriosa
Ante el Dios más Soberano.
Y tu paso nacería
entre nubes, cincelado,
y tu manto lo bordaran
los querubines alados
y tu corona de Reina
sería el Sol que, deslumbrado
siente envidia de tu porte,
Reina y Madre de Santiago,
Y en tus manos llevarías
Un cetro de luz, un faro,
Cual estrella más fugaz
Y desde allí iluminarnos,
A tus pies dormirían
Los leones amansados
Y los corderos divinos
De tu glorioso rebaño
Tu pueblo lloroso al verte
A tus plantas ya postrado.

Quisiera ser, Soledad,
porque lo tengo tan claro
hasta el día de mi muerte
tu más grande soleano,
la Castilleja del cielo
¡¡¡REINA Y MADRE DE SANTIGAO!!!
LA ROSA DE CASTILLEJA
SEÑORA DEL VIERNES SANTO.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

SALVE A LA SANTÍSIMA CRUZ DE ARRIBA


Quién pudiera, Paloma,
levantar hacia ti el vuelo,
más allá de las nubes,
hasta los prados del cielo.

Rosas,
de los divinos jardines,
estigmas de la pasión,
talladas por querubines.

Salve Santo Madero,
salvación de nuestras almas.
Sentimiento crucero,
devoción en Villarrasa.

Salve, salve, salve.
De arriba mi fe y mi pasión.
Ascensión a las alturas
del Divino Redentor.
Salve, salve, salve.
¡Blanca Paloma bendita!
Eres Reina y Estrella,
Santísima Cruz de Arriba.

De Jesús y María,
sus Sagrados Corazones,
Ascensión del Mesías,
engrandeciendo tu nombre.

Blanco,
de la paz y azul del cielo,
emblemas de tu hermandad
insignias del arribeño.

Quiso Dios regalarte
el Corazón de su Hijo,
que en tu pecho albergaste
por los siglos de los siglos.

Salve, salve, salve.
De arriba mi fe y mi pasión.
Ascensión a las alturas
del Divino Redentor.
Salve, salve, salve.
¡Blanca Paloma bendita!
Eres Reina y Estrella,
Santísima Cruz de Arriba.


Salve, salve. AMÉN.

martes, 11 de septiembre de 2007

ESPERANZA, TRIANERA Y MARINERA


Camino de salvación,
lucero de primavera,
con cintura juvenil
y sonrisa trianera,
son tus ojos, madre mía,
el refugio del que peca,
y tus labios, Esperanza,
el rubor de quien te reza.
Tu manto, senda del cielo,
y tu corona de reina
el ancla de tu Esperanza
y el verde de mi promesa,
la noche, la madrugá,
y ese murmullo de estrellas,
las bellotas de tu palio
y el calor de tu belleza,
la Esperanza de rezarte,
la Esperanza que a tu vera
siente hasta el más perdido
al mirarte, Trianera.
Trianera de Sevilla,
Sevillana y timonera
de las almas de tu barrio
y de la calle Pureza,
sin tus ojos tan gitanos
ni tu cara tan morena,
mi alma se sobrecoje
y tu paso ya se aleja
ya no tendrá Triana
la Esperanza Verdadera,
hasta que por la mañana
regrese la marinera,
con sus aires de señora
y sus galas de Princesa
que envidia tendrá hasta el Sol
cuando en Sevilla amanezca.
Esperanza de Santana.
Esperanza Trianera.

ANGUSTIAS, GITANO SERÉ EN EL CIELO


Angustias, tú, mare mía
cara morena y lozana,
eres luz del mediodía
la más hermosa gitana
que dio luz a mis mejillas
en aquella madrugada.
Eres sueño de Sevilla,
perfume de gracia y llanto
con aires de seguirilla
flamenca del Viernes Santo.
Sevilla ya no está dormida
el dolor ya se ha hecho canto.
Gitana de mis amores,
cúbreme a mi con tu manto
Angustias, tú, no me llores,
que tu hijo está cargando
la cruz de los pecadores
y al cielo me está llevando.
Y por la iglesia del Valle,
ya no se ven nazarenos,
solitaria está en la calle,
callado quedó el revuelo.
Tienen el cante y el baile
un aire de negro duelo.
Angustias, coge mi mano,
me voy con el Padre Eterno,
siempre estaré a tu lado
vestido de nazareno
secando tu triste llanto
¡¡¡gitano seré en el cielo!!!

PALOMA DE PAZ ETERNA


Limpia orilla de plata,
flor blanca entre azucenas,
perfume del parque santo,
playa de finas arenas.
Paloma cautiva entre flores,
bajo un cielo sin estrellas,
mañana clara de abril,
aromas de primavera.
Eres árbol de la fe
Victoria y Paz verdadera,
río de aguas dormidas
arroyo y fuente serena,
risa de ángeles niños
Paz que tu ciudad anhela.
Eres madre de Sevilla
y eres luz de su tristeza
la novia del porvenir,
de aquel parque, Princesa,
de sus calles, la brisa,
y de su torre, bandera,
de su Hermandad, la Señora,
y de su barrio, la Iglesia,
de su triunfo la Victoria,
de sus murallas, almenas,
de sus campanas, el grito,
siempre la Paz de su guerra,
y la rosa de pasión
de los campos de esta tierra
y la Virgen más bonita
de Sevilla, Prisionera,
y la plata de su palio
y cumbre de una palmera
De su domigo de Ramos,
Madre, Señora y Reina,
blancura de terciopelo,
Paloma de Paz eterna.

¡MACARENA!


Unos dicen que se nota
tu llanto de amarga pena,
pero yo veo en tu boca
que a Sevilla tiene loca
tu alegría, Macarena.

Quizás llores de amargura
al ver llegar la sentencia
bajo una condena injusta
buscas consuelo en la luna
de Sevilla, Macarena.

El arco de la muralla
sentirá en su fría piedra
el calor que se derrama
de tu paso verde y grana,
Esperanza y Macarena.

Y cuenta una bella historia
que el macareno recuerda
y revive en su memoria
que un reloj tuvo la gloria
de cambiarte, Macarena.

¿Es capaz la vida humana
de crear tanta belleza?
¿Fueron ellos, soberana,
los que ante Dios te tallaran
los ángeles, Macarena?

Nunca sabran quién te hizo,
quién tuviera la certeza
de plasmar lo más divino
gubiando un rostro bentito
de dulzura, Macarena.

Me da igual, Virgen hermosa,
que te coronen de estrellas
que tu pena dolorosa
tendrá carita de rosa
para siempre, Macarena.


Eres risa y eres llanto
y eres triunfo y tristeza
a la vez silencio y canto
y alegría en tu quebranto,
Madre mía, Macarena.

Porque tienes tanta gracia
en tus mejillas morenas
que quiero mirarte la cara
y otra vez decirte GUAPA
Y SOÑARTE ¡¡¡¡MACARENA!!!!